La casa de Franco Macri. La decisión que tomó la familia porque la casa de Barrio Parque no se vende

La Nación

La casa de Franco Macri. La decisión que tomó la familia porque la casa de Barrio Parque no se vende

Si bien hay signos de cambio de ciclo, vender una propiedad no es una tarea sencilla. Tal vez una de las principales razones es que son bienes valuados en dólares y los inversores o potenciales compradores retrasan las decisiones de cerrar la operación especulando con una futura devaluación.

En este contexto hasta las casas ubicadas en los barrios más codiciados de Buenos Aires tienen dificultades a la hora de encontrar “al novio”. Por caso, la familia Macri tiene en venta la casa en donde vivía Franco Macri, el padre del expresidente Mauricio Macri, desde 2019. Ese año la casa salió al mercado a US$8,9 millones pero ante la falta de consultas en 2022 decidieron rebajar su valor de venta a US$8 millones. Hoy, un año más tarde y ante la falta de interesados, la decisión familiar fue aún más drástica y la venden en US$5,5 millones.

La reticencia a retasar

En un mercado distorsionado, los precios en los que se publican las propiedades en venta no siempre son a los que se termina cerrando la operación de venta. “Hoy los precios de cierre están en promedio con valores de 2004 mientras que los precios de lista están en valores de 2010″, diferenció Santiago Magnin, líder de la inmobiliaria Deinmobiliarios en el evento organizado por Reporte Inmobiliario. Su colega, Verónica Pagola, CEO de Century 21 Real Estate Alliance reconoce que los inmuebles se retasan constantemente.

“Cuando la tasación es buena, el inmueble se muestra más, hay más interés y menos necesidad de contraoferta. El apuro ayuda a salir con un precio de mercado”, reflexiona Soledad Balayan, directora de la inmobiliaria Maure y agrega que durante los primeros tres meses del año el porcentaje promedio de negociación fue del 7,8 por ciento, un 1,6% menos que en el último trimestre del 2022 y lejanos a las contraofertas en plena pandemia cuando alcanzaban el 12 por ciento.

“El regateo está cerca de los valores de 2019 pero aún estamos lejos del promedio histórico que fue del 5 por ciento”, detalla Balayan.

La disminución en el porcentaje de negociación promedio es una señal más de la posible recuperación en el mercado inmobiliario. En los últimos años, los compradores tuvieron mejores oportunidades para negociar debido a la situación económica y sanitaria. Sin embargo, a medida que la situación se estabiliza y la confianza en el mercado se fortalece, se observa una reducción en este porcentaje.

Esto significa que, aunque todavía hay margen para la negociación, las condiciones se están equilibrando gradualmente entre compradores y vendedores, lo que refleja una mayor estabilidad y confianza en el mercado inmobiliario en general.

Por otra parte, desde que los valores empezaron a caer después de alcanzar los picos máximos en 2017, muchos dueños pusieron pausa a la posibilidad de vender sus unidades para no perder dinero en el negocio. Fabián Achával, CEO de la inmobiliaria homónima, explica que si bien las propiedades son consideradas como un refugio de valor -hecho que se reafirma cuando se ve que cayeron menos que acciones, bonos y criptomonedas-, el resguardo “no significa que no se modifique su valor respecto al dólar. Cuando los propietarios vieron que no recibían visitas y las inmobiliarias les proponían retasar, los dueños se negaban porque afirmaban que su propiedad valía -por ejemplo- US$500.000 como cuando la habían comprado años atrás. Pero después empezaron a darse cuenta de que la caída no era transitoria sino permanente y quizá comenzaron a apurarse”.

A la adaptación al nuevo escenario, Achával la llama la filosofía de flexibilidad. “Ser flexible no es resignar precio sino adaptarse al escenario actual y lo principal evaluar si con el producto de esa venta pueden lograr su proyecto de vida”, finaliza.

 

 

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